Razonando fuera del recipiente Reflexiones

Grado académico y competencias

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15 agosto, 2011

La lógica dice que la obtención de un grado académico está relacionada con la finalización de un proceso de aprendizaje de gran complejidad y sobretodo rigurosidad. Quien tenga un grado académico y/o un título universitario, debiera ser una persona que cumple con ciertos requisitos y es visto por la sociedad como alguien inteligente, cuya opinión es importante y siempre válida.

Este fenómeno es muy parecido al del delantal de los médicos, la gente le da otro valor a las personas con delantal blanco, se presupone que son personas de inteligencia superior y se les respeta. Tanto es así que en Japón se está volviendo el último grito de la moda el uso de estas prendas.

Lamentablemente estos no son más que prejuicios, tal vez no el típico prejuicio que va en desmedro de quien es prejuzgado, pero no es menos grave ya que nos vuelve vulnerables. ¿Cuántos son los casos de personas que se ganan la vida gracias a la compra de un delantal blanco, ejerciendo la profesión de médico sin tener título alguno? La cuestión es que tendemos a aceptar sin cuestionamiento alguno lo que las «personas inteligentes» dicen.

Volviendo al tema de los grados académicos, en la publicación sobre la curiosa proposición de la Editorial Académica Española, hasta el momento hay más de 50 comentarios, la gente se mostró muy interesada en resolver el enigma de la misteriosa editorial que, por nada publica tu tesis y te regala una copia impresa. Los comentarios en general han sido razonables, hay gente que piensa que es un completo fraude, hay gente que los defiende, incluso comentó alguien de la misma editorial para aclarar sus servicios. Sin embargo, hay algunos comentarios que me han decepcionado, comentarios de gente que en pocas palabras y con muy mala ortografía muestran que ni siquiera han leído el artículo principal, que han pasado por alto importantes puntos o que sencillamente están fuera del recipiente.

El tema es que las únicas personas interesadas en leer y sobretodo comentar un tema como éste, son aquellos que hayan realizado algún trabajo académico y que, por lo tanto, han sido contactados por esta editorial para publicar su trabajo. Uno podría suponer que las personas que cumplen requisitos para que se les contacte para publicar un trabajo académico suyo son rigurosas, meticulosas y con claridad mental, pero no, aún hay mensajes del tipo «ay qué hago, díganme qué hacer» o «me llegó un correo de ustedes y me gustaría saber…»

Esta decepción me deja la lección de que hay que ser críticos siempre, un título, un grado académico o un delantal no significan necesariamente que podemos confiar plenamente en lo que se nos diga, para eso tenemos nuestro propio criterio.

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2 Comments
  1. Responder

    Patricia

    8 diciembre, 2012

    Yo he publicado mi tesis doctoral en esta editorial. Lo consulté con mis profesores, lo pensé bastante, y finalmente me decidí porque la difusión de una tesis doctoral es habitualmente bastante minoritaria. Es decir: a mí me servía tener este trabajo publicado.
    La calidad del trabajo no necesitaba probarse en una publicación, ya había sido validada en una universidad acreditada, había sido elegida mejor tesis del año, y sobre todo (que se escribe separado) había sido producto de años de trabajo y reflexión, orientado por académicos de excelencia.
    El negocio que esta editorial hace con mi trabajo lo tengo clarísimo: yo puedo adquirir nuevas copias de mi libro a un precio menor (que, al cambio sigue siendo carísimo), y ellos ganan por las copias vendidas. Pero yo mantengo derecho sobre la propiedad intelectual, puedo publicar en revistas científicas… y no es mucho más lo que en realidad hacemos los docentes universitarios.
    Personalmente, ya había publicado un libro, producto de mi primera tesis, y tampoco «gané» nada en términos económicos, aunque publiqué en una editorial tradicional y aunque el libro es conocido en el medio… Exactamente igual que en esta ocasión.
    Creo que las editoriales, más o menos serias, son en última instancia negocios cuyo objetivo no es la difusión del conocimiento ni la beneficencia, tema que abre interrogantes mayores a las posibilidades de análisis que me da este comentario.
    No obstante, sigo investigando y escribiendo sobre mi tema… 8no escarmiento!)

  2. Responder

    RoMaNo

    8 diciembre, 2012

    Mi único comentario al respecto es que el comentario de Patricia debería ir en otra entrada.

    Este artículo trata de la sorprendente desprolijidad de algunas personas que ostentan grados académicos, los cuales supuestamente deberían garantizar la rigurosidad.

    Saludos

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