Letras Razonando fuera del recipiente

Espera

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5 noviembre, 2010

Uno de los eventos más comunes y frustrantes de la vida es esperar. ¿Cuánto tiempo de nuestras vidas lo pasaremos esperando? probablemente un gran porcentaje. La vida en cierta forma es un montón de esperas revueltas por todos lados, no existe un momento en que no estemos esperando por algo, quizás la alarma de un reloj, quizás una visita, quizás el hervir de la tetera para hacer el desayuno, quizás la oportunidad de volver a ver a tu seres queridos… Yo mismo he esperado más de 4 meses desde que escribí la mayor parte de este artículo para terminarlo.

El hecho es que siempre estamos esperando por algo, las esperas largas adormecen, nos hacen pasar por momentos de resignación y rebeldía, nuestro ánimo oscila entre ambos al punto en que si la rebeldía es muy fuerte podemos desistir. Pero no hay nada más duro que esperar por algo que está ahí, a la vista pero que no sucede, algo que sabemos es muy fácil pero no depende de nosotros, son esas esperas cortas que nos mueven rápidamente entre la resignación y la rabia.

La espera también es un acto de fe, es tener la esperanza de que lo que queremos sucederá en el futuro. Y eso aplica hasta a la tetera que hierve, puesto que nadie nos asegura que no se nos acabará el gas, cortará la luz o deberemos salir rápidamente de la casa por alguna emergencia.

Esa es la otra componente de la espera, la esperanza, que depende de cuánta fe tengamos en lo que sucederá ya que mientras más fe tengamos, más llevadera será la espera. Nadie se preocupa porque tiene que esperar por el hervir de una tetera, pero esa no es la misma historia de cuando esperamos los resultados de postulación a un empleo, por ejemplo. Sin embargo, no importa cuanta fe se tenga, siempre existirá esa oscilación entre la resignación y la rebeldía ya que la paciencia es limitada.

Existen además muchas cosas que esperamos con paciencia y que no se cumplen, planes que no resultan, dificultades que pueden hacer que la paciencia, esperanza y dedicación de mucho tiempo se vaya a la basura. La rabia y la frustración son inevitables, siempre son duros golpes y cada quién reacciona a su manera. Un segundo es capaz de destruir años de espera, de trabajo, de ilusiones y caer en depresión no es difícil.

Superar aquella depresión es cuestión de fuerza, es cuestión de esperanza, es cuestión de encontrar otra espera, porque la única diferencia entre esperar y esperanza es la ilusión detrás. Lo importante es evitar el estancamiento en la no-espera, no dejar de moverse, no caer en la comodidad de la quietud porque aunque esa comodidad puede hacer sufrir mucho, vencer la inercia requiere de mucha energía y voluntad, por eso mucha gente se queda sufriendo, quietos en la no-espera, mirando con añoranza la altura por la que pasaron y por la que no pueden volver, pero ignorando que frente a ellos lo que tienen no es una pared, sino el camino a una nueva altura.

Rodrigo Maureira 04-04-2010 2:52AM ~ 07-08-2010 11:56PM

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